Sobre el poco tradicional respeto de las autoridades locales hacia el patrimonio, que se prolonga en la historia hasta el día de hoy.
"Toledo, no se distingue por su amor al árbol, y sin embargo da la coincidencia, de que al formar un parque como lugar de esparcimiento para los niños del grupo escolar, se elige un sitio llamado a ser desmontado en un plazo más o menos lejano [se está refiriendo a la creación del parque escolar encima de las ruinas del circo romano]. Po r otra parte, el recinto del Circo se halla cruzado por un camino de 17 metros de anchura, y para fin de males, dos edificaciones están enclavadas en el interior de aquél. [es la Avenida Carlos III, que corta el circo en dos mitades, y tantas veces se ha hablado de la necesidad de eliminarla, sin haberlo hecho nunca; y el restaurante Venta de Aires]
Todos estos obstáculos, son consecuencias del desamparo, artístico de Toledo, para el cual, han sido innumerables los cantos que, se, han ofrendado a sus glorias artísticas, muchas las poesías en ellas inspiradas, pero poca ha sido la prosa legislativa que ampare y proteja a esos pedruscos, ruina s y caserones, que si representan algún obstáculo para el tráfico moderno, son en cambio el alma de Toledo, sin la cual cesaría esa misma actividad febril.
Sin embargo, los problemas de Toledo, a veces son planteados en forma errónea, presentándose como un a complicada ecuación diferencial lo que en la mayoría de los casos es una sencilla regla de proporción simple. Los apasionamientos, la falta de ambiente artístico y la falta de ideales, han sido la causa de, haberse cometido dolorosas profanaciones y derribos de construcciones de gran valor arqueológico, artístico e histórico."
Rey Pastor, Alfonso. 1926: El circo romano, Toledo, revista de arte, Año XII, 227:1299-1308
Imagen, páginas 1302-1303
No hay comentarios:
Publicar un comentario